Hoy se cumplen 70 años del más dramático y épico partido de fútbol de la Historia. No fue un Madrid-Barça, ni un Argentina-Brasil, ni un River-Boca, se trató de un partido entre nazis y ucranianos en la zona soviética ocupada por las tropas de Hitler.
Los colaboracionistas crearon una liga de fútbol integrada por varios equipos, casi todos ellos de nazis y de ucranianos con afinidades al nazismo. Sin embargo, uno de esos equipos estaba formado por varios jugadores del Dinamo de Kiev (equipo ligado al Ejército Rojo soviético) que trabajaban como panaderos, barrenderos, etc en el Kiev ocupado por los nazis. Este equipo se llamó F.C. Start y ganó por goleada todos los partidos ante la desesperación de los nazis que consideraban al Start un peligro dado que se comenzó a convertir en un símbolo de los ucranianos soviéticos contra los alemanes.
El Flackelf, equipo que acababa de perder por 5 a 1 contra el Start y que levantaba las simpatías nazis y estaba formado en gran parte por soldados alemanes, pidió revancha. La revancha tendría lugar el 9 de agosto de 1942. El árbitro designado fue un oficial de las SS. Los jugadores del Start habían sido avisados por sus amigos y familiares de que si vencían podrían tener represalias, sin embargo los jugadores se reunieron y decidieron salir al campo a ganar, como siempre.
Antes de empezar el partido, los jugadores del Start se negaron a realizar el saludo nazi, al que obligaban las autoridades alemanas. Esto supuso la ira de los alemanes que comenzaron a jugar bruscamente con la permisividad del árbitro.
Al descanso, el Start ganaba 2-1 ante el júbilo del público ucraniano. Varios oficiales nazis bajaron al vestuario y amenazaron con fusilar o mandar a campos de concentración a los jugadores soviéticos si no se dejaban perder. Casi al final del partido y con la continua violencia de los jugadores del Flackelf, el partido se ponía 5-3 a favor del Start. En los últimos minutos, Klimenko, un defensa del Start cogió la pelota y sorteó a todos los rivales hasta plantarse delante del portero, al que también dribló. Sólo, debajo de la portería a punto de marcar, paró el balón, dio media vuelta y pegó un balonazo dirigido hacia el centro del campo. El árbrito pitó el final del partido antes de tiempo.
Días después, varios jugadores, entre ellos Klimenko, fueron torturados por miembros de la Gestapo y posteriormente fusilados. Otros fueron enviados a campos de concentración donde murieron. Sólo unos pocos sobrevivieron.
Aquél partido fue considerado un acto de honor ucraniano y soviético frente a los nazis. La historia sirvió a los guionistas de Hollywood como base de la película Evasión o Victoria, versión adulcorada y que cambia la ubicación histórica, la procedencia de los jugadores y el desenlace dramático. Años después, el Dinamo de Kiev, equipo al que pertencían muchos de los jugadores del Start, levantó un momunento en honor al Start, monumento que aún hoy puede verse en el Estadio Lobanovsky.