martes, 16 de febrero de 2010

¡OJALÁ EL GOBIERNO HUBIERA PROVOCADO LA CRISIS!

Hay muchos deportes de riesgo para la salud, pero yo acabo de descubrir el más peligroso de todos: sentarse a ver las tertulias de Intereconomía y de Veo7. Creo que lo voy a dejar, porque provoca taquicardias, insomnio e irascibilidad.

Las tertulias son muy particulares, siempre hay cuatro o cinco perros de presa del sector más duro de la derecha, rodeando a algún incauto periodista o político socialdemócrata que por algún extraño motivo acepta acudir al plató para ser carne fresca para tertulianos y público en general. El moderador suele ser incluso más tendencioso que los propios tertulianos, cortando el turno de palabra del pobre incauto cada vez que éste enlaza más de dos frases seguidas, eso cuando los demás tertulianos no alzan su voz para que no se le oiga.

Por otro lado están los mensajes de texto que envía la gente desde sus móviles, con insultos, descalificaciones e incluso en ocasiones, alentando un posible golpe militar (recuerdo uno en concreto que decía que era una pena que en España no hubiera nadie en el ejército que hiciera lo mismo que ha hecho el ejército hondureño con Zelaya...). Continuas alusiones a partidos como Democracia Nacional, Falange y España 2000, los tres partidos más grandes a la derecha del PP, todos profranquistas y con participación en grupos neonazis.

Mientras los tertulianos despellejan al Gobierno de Zapatero e instan continuamente a que sólo un Gobierno de derechas puede solucionar la crisis. Hablan continuamente de "la izquierda radical" y "los rojos" que controlan España, aludiendo al PSOE, el diario Público y El País. Joder, si eso es la izquierda radical, que pensarán de la gente de IU, y de periódicos como Le Monde Diplomatique, Diagonal...

En Intereconomía se ha llegado a hacer un programa dedicado a Jose Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, con bustos de bronce, banderas falangistas, y recitando versos de loa hacia semejante individuo. Viendo esto cada vez comprendo más que Hugo Chávez (a quien los medios de (des)información le promovieron un Golpe de Estado en 2002 y andan alentando otro desde hace varios años) esté en una guerra encarnizada por conseguir que sus mensajes institucionales tengan cabida en los medios de comunicación venezolanos, de forma que la población no se quede sólo con la versión de unos medios de comunicación radicalizados y progolpistas.

Volviendo a España, los que más se han aprovechado de la crisis son los que más ladran, a los que les han bajado los impuestos, los que controlan las grandes empresas de este país, los que han sido los auténticos generadores de la crisis, los que, como gran parte de los tertulianos de Intereconomía y Veo7, no pueden ni abrocharse el boton del cuello de la camisa porque su gorda papada les axfisia.

Hace unos meses Julio Anguita escribía un artículo titulado: "Ladran pero no cabalgamos" (cambiando el dicho de "Ladran, luego cabalgamos") y como siempre Don Julio daba en el clavo. La derecha ladra y brama y eso que el Gobierno está aplicando medidas neoliberales, sin realizar reformas en la estructura socioeconómica del país. Sin embargo, ese discurso reaccionario comienza a estar en la calle, diciendo que el Gobierno nos ha llevado a la crisis. ¡¡Ojalá!! Eso significaría que los Gobiernos controlan la economía y no al revés, como realmente ocurre. Hoy en día el sistema financiero capitalista opera al margen del control de los Estados, es decir, los representantes de los ciudadanos apenas tienen margen de acción ante las grandes corporaciones empresariales. De esta forma la economía, base de toda sociedad, no está regida democráticamente por los votos de los ciudadanos sino por los votos de los consejeros de administración de las grandes empresas nacionales y multinacionales, que con sus decisiones ávidas de beneficios rápidos nos han llevado a esta situación de crisis.

Como vemos, la democracia queda sometida al capitalismo. Los Estados sólo pueden mitigar los efectos de las crisis cíclicas creadas por operaciones financieras y especulativas de alto riesgo. Y no sólo se trata de eso sino que encima hay que rogar y doblegarse ante los grandes empresarios para que inviertan en tu país y que no se vayan. Hay que bajarles impuestos, cederles suelo público, aceptar sus ERE´s (pagados con dinero público), etc. Con el dinero público que se ha inyectado a la banca y al sector automovilístico, me pregunto: ¿no saldría más rentable a medio-largo plazo, nacionalizar parte de estos sectores?

Ya va siendo hora de que los representantes de los ciudadanos den un golpe de timón, que hagan prevalecer la política sobre la economía, la democracia sobre el neoliberalismo capitalista. Es hora de que los Estados no estén al servicio de la economía, sino que sea ésta la que se dirija al interés público. Con estas recetas no se hubiera producido la actual crisis, ni las que vendrán, ya que no se hubiera permitido la especulación inmobiliaria ni se hubieran concedido créditos de alto riesgo a empresas insolventes.

Pero esto no será nunca posible mientras que la alternativa al actual Gobierno socialista sea sólo el Partido Popular. Sería pasar de Guatemala a Guatepeor... Mientras, el PSOE habla de "cambiar el modelo productivo", algo que queda muy bonito en cuanto a palabras pero que no pasa de ser una simple reforma del mercado laboral, en la que los trabajadores vuelven a llevar las de perder.

Mientras que los medios de comunicación se encierren en una guerra bipartidista PP-PSOE no hay mucho que hacer. El problema no es el partido que gobierne sino el sistema económico subyacente: el capitalismo. Y ninguno de estos partidos tiene la mínima intención de modificarlo, a pesar de sus crisis cíclicas, que terminan con lo que sobrevive a sus momentos de bonanza (más de 100 millones de pobres entre EEUU y Europa en época "de crecimiento económico", por no hablar de Asia, África y Latinoamérica).

Siempre trato de explicarlo con la metáfora del "árbol enfermo", en la que se muestra cómo actúan PP y PSOE respecto a un sistema económico enfermo, corroído e injusto. La solución del PP ante este "árbol enfermo" es dejarlo como está y seguir regándolo. El PSOE propone quitar unas hojitas y evitar que esas hojitas hagan daño al caer. Ninguno de los dos se plantea la posibilidad de arrancarlo de raíz y trasplantarlo, o incluso echar semillas para que nazca un árbol nuevo.