viernes, 20 de enero de 2012

NUEVO EJERCICIO DE DOBLE MORAL

Hoy nos levantamos con una triste noticia, la muerte de un presidiario cubano por huelga de hambre, Wilman Villar, que voluntariamente dejó de comer como señal de protesta por su situación carcelaria, tras ser detenido por desacato y atentado contra la autoridad. Lo que en España se llamaría "antisistema" en Cuba se llama "disidente" o "preso político", algo que va más allá de una mera cuestión semántica.

Es una pena que un padre de dos hijos se deje morir por una condena de 4 años de cárcel, pero hay que recordar que ha sido una decisión totalmente voluntaria. Se podría hablar de suicidio, ya que se trata de una persona que voluntariamente decide quitarse la vida ante una situación que considera injusta o insoportable para él. Y repito es una pena que esto suceda, pero no es normal que sea noticia de portada en todo el mundo, España incluida, cuando por ejemplo, en España se suicidan cada año decenas de presos y los medios miran para otro lado. Hace medio año, un preso también moría tras huelga de hambre en la cárcel de Teruel y nadie abrió los informativos con tal noticia. Pero ya sabemos lo que hay, un muerto en las cárceles de Cuba vale más que cientos en las cárceles españolas. Se culpa directamente a los Castro como responsables directos de la muerte de Villar algo que no se hace con los responsables políticos y autoridades penitenciarias con las muertes en las cárceles españolas.

Todo lo referente a Cuba es noticia, sobre todo si es negativo y se puede buscar la forma de atacar al sistema socialista cubano. Si una persona se deja morir de hambre voluntariamente es culpa del comunismo castrista, pero si millones de personas mueren de hambre de forma no voluntaria en el África capitalista, se asume como un simple dato sin más, que da pena, sí, pero ni se buscan responsables, ni nos llevamos las manos a la cabeza más allá de los 2 minutos que dura la noticia, la cual, por cierto, nunca ocupa la portada de los medios de comunicación.

miércoles, 4 de enero de 2012

HUYE DE MATRIX

En los últimos tiempos cada vez somos más los que hemos decidido tomar la pastilla roja y la verdad se nos ha mostrado en su cruda realidad, tal y como es. Nuestro sistema de bienestar, democrático y de políticos de traje y buenos modales no son más que fachada. La realidad se nos ha mostrado con toda su dureza: somos números, datos estadísticos, somos gasto público, somos los que sobramos o a los que hay que hacer trabajar cada vez más por menos dinero. Vemos la dureza de un sistema que para proporcionar bienestar a unos no queda más opción que empobrecer, desnutrir o incluso aniquilar directa o indirectamente a millones de personas.

Hemos visto como nuestra democracia no es más que una dictadura financiera donde los mercados dan órdenes incontestables a los presuntos representantes de los ciudadanos. Vemos cómo los jóvenes deben tragar mierda en los trabajos porque "los principios laborales son duros", los adultos tragan mierda porque "hay que mantener la casa, los niños, pagar facturas", y los mayores también tragan mierda "porque para lo que me queda para jubilarme, ya aguanto". Vemos cómo el Estado con nuestro dinero sale a rescatar a una banca y a un sector financiero que por su avaricia nos ha llevado a esta situación y que ahora no tiene liquidez, mientras que ese mismo Estado (a veces gobernado por la derecha, a vecer por la autodenominada izquierda) deja en la calle, sin casa, a trabajadores que pasan un mal bache tras haber trabajado toda su vida y no ser culpables de nada, excepto de creer en los políticos y bancos que ahora le abandonan cuando antes le animaban a comprar y consumir a través del crédito.

Ya decía Lenin que el Estado es un instrumento de dominación de una clase sobre otra clase, un medio para defender los intereses de la clase dominante, un medio conservador para mantener un sistema de desigualdad. Esto parece una paradoja, ya que los Estado suelen desarrollar medidas de igualdad social, subsidios, ayudas, etc. pero la verdad se nos abre ante los ojos tras tomarnos la dichosa pastillita roja: comenzamos a ver las infraestructuras del sistema al igual que Neo veía los códigos binarios de Matrix. Las medidas de igualdad que toman los Estados no son más que medidas necesarias para mantener el equilibrio del sistema dentro de unos parámetros que impidan una situación de tal desigualdad que pueda llevar a un estallido social. Algo tan antiguo como el "pan y circo" romano para mantener contento al vulgo y mantener el sistema de poder del Imperio. El Estado hace concesiones a los ciudadanos de a pie para mantener el sistema de privilegio de las clases dominantes, aquellas integradas por la oligarquía, los plutócratas y la clase política parasitaria que en lugar de defender los intereses de los ciudadanos a los que dicen representar, defienden los intereses del capital a cambio de privilegios y prebendas.

El sistema está montado de tal forma que los Estados prestan dinero público (de los impuestos recaudados a los ciudadanos) a los bancos a un 1% de interés, y luego los bancos lo prestan a ciudadanos (hipotecas, créditos...) a un 5% o incluso a un 10%, llevándose una plusvalía brutal prestando un dinero que no es suyo a aquellas personas de las que salió dicho dinero. Vemos cómo las grandes corporaciones y bancos manejan las políticas de los países a través de amenazas o de la especulación basada en las valoraciones que realizan las empresas de rating (Moody´s, Standard & Poor`s, Fitch), vemos cómo se promueven guerras por intereses únicamente económicos de las grandes fortunas donde los muertos los ponen los civiles o los soldados salidos de las clases medias y bajas (no hay ricos en el frente de batalla), vemos cómo se recortan derechos sociales y laborales, vemos cómo se indulta a banqueros como agradecimiento a los servicios prestados (refinanciación de deuda a partidos políticos), vemos cómo en los sistemas bipartidistas ambos partidos defienden los mismos intereses pero unos echan en cara del "rival" cosas que en el pasado reciente hicieron ellos mismos o los otros hacen ahora lo que criticaron a los unos por haberlo hecho hace escasos meses. Pero ambos nos piden su voto y confianza prometiendo que harán lo contrario de lo que hicieron. Y después de las elecciones, los que criticaban antes, ahora callan. Los que callaban antes, ahora ladran. Los medios de comunicación, mientras tanto, o callan o manejan la opinión para que las bases del sistema continuen. Se adminten cambios en el tejado de la casa, pero nunca en los cimientos.

El circo sigue. Mucho circo, pero cada vez hay menos pan. Los que nos damos cuenta de cómo funcionan las cosas y nos sentimos ofendidos e indignados nos crispamos. Vivíamos felices en la ignorancia. Maldita la hora en que elegí la pastilla roja... porque ya no hay vuelta atrás. Huye de Matrix, destruye Matrix.