miércoles, 19 de septiembre de 2012

FALLECE CARRILLO, CONTROVERTIDO E HISTÓRICO DIRIGENTE COMUNISTA

Hace no muchos años por unas navidades o por un cumpleaños, no recuerdo, mi hermana me preguntó que qué quería de regalo. Mirándome incrédula cuando la pedí las memorias de Carrillo, que acababa de reeditar, musitó: "Hijo, qué cosas más raras lees...". 
Fueron alrededor de 900 páginas, la verdad que entretenidas. Mi intención era conocer la visión de un hombre ligado a la izquierda y al PCE a lo largo de todo un siglo. Una visión de la Historia de España y de la evolución de la situación política mundial vista por un hombre casi centenario. Del mismo modo, un par de años después mi regalo fue "Decidme como es un árbol" del poeta y militante comunista, también casi centenario, Marcos Ana, el preso político que más tiempo estuvo en las cárceles franquistas. 

La lectura de las memorias de Santiago Carrillo me dejó varias impresiones, desde la capacidad de memoria y la amena manera de contar su historia personal hasta cierta presuntuosidad a la hora de decir continuamente que él sabía lo que iba a pasar, cual gurú que analiza a toro pasado. Es un libro recomendable en el que cuenta sus relaciones o sus visiones de personajes como la Pasionaria, Fidel Castro, Felipe González, Franco, Ceauscescu, Stalin, Semprún, Anguita, Fraga, el Ché... todo un repaso al siglo XX. 

Ayer Carrillo murió tranquilamente en su domicilio de Madrid, casi sin enterarse, sin dolor y con total lucidez, una lucidez de la que siempre ha hecho gala y que ha mantenido intacta. Los lunes se le podía escuchar por las tardes en la Cadena Ser y se estuviera o no de acuerdo con sus afirmaciones y análisis, no cabía duda de que tenía una mente privilegiada que ya la quisieran para sí muchos jóvenes diputados.
Carrillo fue una figura controvertida, odiado por la derecha como lider comunista y acusado de los hechos de Paracuellos, y en parte considerado traidor por los comunistas por su personalismo y afán de poder, y por su viraje ideológico y su política de reconciliación durante la llamada "Transición", que fue vista desde sectores marxistas como una renuncia a los ideales comunistas y que ahora es aplaudida desde la Casa Real, el PP y el PSOE así como por los mass medias.

Carrillo luchó en la Guerra Civil y tuvo que exiliarse, siendo junto a la Pasionaria los dos principales dirigentes del PCE. La Pasionaria era el corazón y Carrillo el que "partía el bacalao". Carrillo a finales de los ´60 se desligó de la URSS, apoyó la Primavera de Praga denunciando la intervención del Pacto de Varsovia y ya en los 70 creó, junto al italiano Berlinger y al francés Marchais, lo que se dió en llamar "eurocomunismo", una revisión del comunismo desligada del marxismo-leninismo, aceptando el sistema "democrático" y pluripartidista de las "democracias occidentales". En esos años, muchos comunistas fueron apartados del Partido por Carrillo, lo que supuso la disgregación de parte del PCE con escisiones de históricos como Líster, quien llegó a culpar a Carrillo de entregar a Julián Grimau a la policía franquista y de excesiva connivencia con el régimen durante la "transición".

Carrilló afirmó aquello de "dictaduras, ni la del proletariado" y comenzó su política de "reconcilianción nacional", que en gran parte supuso la pérdida del poder de masas y simbólico del PCE: aceptó la monarquía, la bandera bicolor, la impunidad de los crímenes franquistas, etc. Como dijo recientemente Julio Anguita, "la transición fue una transacción" en la que se mantuvieron el poder económico y político (subordinado al anterior) en manos de una élites franquistas o herederas directas del franquismo. Fue el precio que el PCE tuvo que pagar por su legalización en unos tiempos convulsos. El partido que más cara plantó al franquismo durante la guerra y la dictadura, se presentó a las elecciones obteniendo penosos resultados. En 1982 obtuvo 4 diputados. Las críticas internas de las diversas corrientes del PCE no tardaron en llegar desde los sectores aperturistas hasta los sectores más prosoviéticos, los cuales afirmaban que Carrillo dirigía el partido de forma muy personalista, como si fuera suyo. Carrillo expulsó a los sectores renovadores y leninistas. Nuevos malos resultados electorales y la crítica interna le llevaron a la dimisión, pasando Gerardo Iglesias a ser elegido como el nuevo líder del PCE, Carrilló no llevó nada bien no ser el principal dirigente del partido y comenzó una lucha interna (y sucia) por retomar el poder. Acabó saliendo del PCE en 1985 y fundó su propio partido que fue absorbido por el PSOE. Líster volvió al PCE, que en 1986 participó en la creación de IU abriéndose a otras fuerzas políticas de la izquierda española. Anguita, años después, coordinador de IU llegó a conseguir 5 veces más diputados que Carrillo en el 82. A Don Santiago esto le debía de doler en su ego y tuvo muchos enfrentamientos dialécticos con Anguita, quien lleva años diciendo que hace falta una "segunda transición" ya que la primera se hizo bajo el yugo y la amenaza militar. Los tiempos han cambiado y la Constitución (en cuya realización participó Carrillo) está desfasada y se incumplen los derechos recogidos en ella día tras día (derecho al trabajo, a una vivienda, etc). Lo que pudo ser suficiente hace 35 años ya no lo es ahora, ni mucho menos.

Carrillo, decía que por coherencia, nunca se afilió al PSOE aunque llegó a pedir el voto para Zapatero. Sin embargo acabó desencantado con éste por su giro derechista. Figura controvertida pero indudablemente histórica dentro del comunismo español. Santiago Carrillo falleció ayer. Descanse en paz.