martes, 11 de agosto de 2009

DECRECIMIENTO

Hace unas semanas tuve la ocasión de ver en mi ciudad a Carlos Taibo ofreciendo una conferencia sobre lo que ha venido a conocerse como "Teoría del Decrecimiento". Esta teoría trata de proponer una alternativa frente al sistema productivo imperante que está llevando a nuestro planeta a un callejón sin salida tanto en términos medioambientales como económicos.

No voy a relatar ahora todos los problemas ecológicos ni la importancia de ellos, ya que el que no quiera ver dichos problemas, o está desinformado (lo cual no creo ya que la cuestión medioambiental está en la agenda de todas instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, lo cual da muestra de su relevancia) o le importa un carajo que la vida en la Tierra sea imposible en un plazo no mucho más allá de dos o tres siglos (lo cual sería de ser medio tonto o tonto entero, sobre todo teniendo en cuenta que aún se está a tiempo de revertir este proceso).

El profesor Carlos Taibo, a base de varias metáforas ofrecía una visión del mundo actual, del sistema productivo, del sistema de valores imperante en las sociedades "avanzadas" y de las medidas que se están tomando para poner freno al problema medioambiental. Igualmente proponía la alternativa que defiende la "teoría del decrecimiento" como solución ante los problemas medioambientales y de la calidad de vida de la mayor parte del planeta, no sólo de la población pauperizada sino también de la conocida como clase media.

La primera metáfora es la siguiente: "si un barco va a 30 nudos a la hora en dirección a una cascada a la que llegará en 5 horas, si reducimos la velocidad a 15 nudos, llegará a la cascada a las 10 horas". Moraleja: si no cambias de dirección, por mucho que desaceleres tarde o temprano llegarás al mismo destino. Aplicación: de nada sirven los protocolos de Kioto y demás normativas y directrices para reducir las emisiones, si eso no va acompañado de un cambio en el sistema productivo. Si en lugar de contaminar 100, contaminamos 60, sólo ganaremos tiempo, pero el final será el mismo.

La propuesta de Taibo y del "decrecimiento" lo que defiende no es mantener la producción reduciendo la contaminación generada, sino directamente reducir la producción, ya que es excedente respecto a las necesidades existentes. Aquí se enlaza con otra metáfora, quizá por todos conocida:

"un norteamericano va de vacaciones a una pequeña aldea mexicana y comienza a hablar con un habitante de la zona al que encuentra descansando en una hamaca tomando una cerveza. Le pregunta:

-¿usted a qué se dedica?
-soy pescador.
-¿y hoy no trabaja?
-ya he trabajado. he estado dos horas pescando.
-¿y con eso le es suficiente?
-Sí, pesco lo necesario para mi familia. Y así tengo tiempo para descansar, disfrutar de la playa, jugar con mis hijos, echarme la siesta con la mujer, salir y charlar con los amigos, etc.
El norteamericano, sorprendido, y escandalizado le dice:
-No se da cuenta de que si en lugar de dos horas trabajara 8 horas pescaría más y podría vender el excedente.
-¿para qué?
-Para montar negocio, hacer una tienda
-¿para qué?
-para hacer dinero y poder ampliar el negocio y poner más tiendas
-¿para qué?
-para llegar a poner tiendas por las ciudades y hacer mucho dinero
-¿y qué conseguiría con eso?
-Pues después de trabajar, cuando se jubile, no tendrá necesidades y podrá descansar, disfrutar de sus nietos, salir con los amigos, disfrutar de la playa...
El aldeano, mirando incrédulo al norteamericano, le dice: Perdone señor, pero todo eso ya lo tengo ahora y sin necesidad de trabajar más tiempo"

Vemos como las necesidades se crean culturalmente y se puede vivir más y mejor con menos. Una vez cubiertas las necesidades básicas, el tiempo es un valor más importante que el dinero, si hablamos de calidad de vida.

Algo parecido se desprende de otra metáfora:
"un grupo de misioneros llega al amazonas a evangelizar. Observan como los indígenas, que usan utensilios de madera, emplean 4 días para cortar los 10 árboles que necesitaban talar. Los misioneros les regalan un buen hacha de metal para facilitar la tarea. A los pocos meses los misioneros vuelven a la zona y preguntan que qué tal cortaban los árboles con el hacha. El líder indígena le responde:

-Genial, ahora tardamos la mitad en cortar los árboles.
El misionero le responde:
-Entonces ahora cortareis 20 árboles cada 4 días.
-No señor, ahora seguimos cortando los 10 árboles que necesitamos pero trabajamos la mitad."

La teoría del decrecimiento no se basa sólo en un cambio de la producción sino que tiene que venir de la mano de un cambio cultural, un "cambio de chip" en la forma de concebir nuestras vidas. El sistema actual de medición del funcionamiento de las sociedades viene dado por unos indicadores basados en el PIB lo cual es un dato simplemente productivo (crecimiento económico) que no tiene por qué repercutir en el bienestar de la población, es decir no tiene nada que ver con la calidad de vida. Aquí Taibo muestra otro aspecto exclarecedor: si en un país la mitad de la población se dedicara a diario a hacer zanjas en el suelo, y la otra mitad a taparlas, sería un país con un PIB más alto que un otro en el que se trabajase menos pero estuviera bien dotado de hospitales, escuelas ,etc...

¿De qué sirve el aumento del PIB si las economías domésticas están axfisiadas? ¿de qué sirve el nivel de vida si no existe calidad de vida? Otra curiosidad destacable que ofrece Taibo: las encuestas muestran que en EE.UU la proporción de gente que se consideraba feliz en los años 50 era bastante más alta que en la actualidad y eso que se ha triplicado la producción y los ingresos económicos. Son cuestiones que cada uno tendrá que plantearse a sí mismo y buscar sus propias respuestas.

Hay que reivindicar un cambio de valores en la sociedad, partiendo del reparto del trabajo (trabajar menos para trabajar todos y disfrutar del ocio). ¿Cómo reducir la producción? Taibo lo tiene claro: reduciendo al límite necesario determinadas actividades industriales como la industria automovilística, la construcción y la industria militar (todas excedentarias en función de su utilidad social y económica). Los millones de trabajadores que perderían su trabajo serían recolocados en sectores de ámbito social (hospitales, colegios, servicios sociales, servicios medioambientales, etc) y también en servicios de inspección contra fraudes a la Hacienda Pública (todos los años el Estado deja de ingresar millones de euros, que bien vendrían para inversión social, por los fraudes a Hacienda de empresarios y altos ejecutivos). Igualmente, dado que se reduciría la jornada laboral, podrían ocupar puestos y horarios necesarios en los sectores tradicionales.

El propio profesor Taibo señala que si no decrecemos de forma voluntaria, lo acabaremos haciendo por obligación como consecuencia de la explotación irracional de los recursos naturales. Teniendo esto claro parece obvio decrecer de forma racional, estudiada y progresiva que con un hundimiento y una crisis brutal generada por la falta de materias primas y naturales, no sólo necesarias para la producción y para mantener el sistema económico, sino también para poder respirar el día de mañana.

*para profundizar en el tema: "En defensa del decrecimiento" de Carlos Taibo.

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