En los últimos meses han sido varias las ocasiones en las que al entrar a un bar o restaurante lleno de clientes he escuchado la frase típica de "y luego dicen que hay crisis...". Siempre respondo lo mismo: "ya, pero si vas a un comedor social o a un albergue de transeúntes, también lo encontrarás lleno". La cuestión es que somos muchos, a unos les afecta la crisis más que a otros, a otros no les afecta en nada y otros muchos se hacen aún más ricos gracias a esta crisis: comprando acciones de empresas y bancos a precio de saldo, aprovechando para reducir costes de producción a golpe de ERE´s y deslocalizaciones, etc.
Para bien o para mal, gracias a mi trabajo tengo que ver cómo la crisis generada por los grandes bancos y entidades financieras a quienes acaban pasando factura (nunca mejor dicho) es a los de siempre, los eslabones más débiles de la cadena: inmigrantes, subcontratados, trabajadores no cualificados... A parte de tener unos trabajos con salarios reducidos, que apenas permiten ahorrar, al perder el empleo la base de cotización por desempleo es mínima, y los periodos de cotización suelen ser alternos y cortos debido a la naturaleza de los puestos de trabajo que ocupan. La mayoría de ellos en las épocas de bonanzas tampoco acuden a ningún restaurante. Parafraseando a Bretch se podría decir que "sus tiempos de crisis matan lo que sobrevive a sus épocas de bonanza".
Día a día tengo que ser testigo de auténticos dramas, de familias con todos sus miembros en el paro, y no, no son vagos ni holgazanes que quieren vivir a costa de los servicios sociales y del Estado. No son más que trabajadores que ven cómo su modus vivendi se viene abajo por culpa de la avaricia de unos cuantos directivos de banca y de unos políticos que prefirieron mirar hacia otro sitio y alabar las cifras económicas, ficticias, que ofrecía un sistema basado en la construcción y la especulación. Las facturas se agolpan: luz, calefacción, agua, hipoteca o alquiler del piso, comunidad, etc. Llega un momento en que los ingresos no dan para pagar las facturas. O incluso no existen ingresos. Como mucho una Renta Mínima de 400 euros mensuales. ¿qué hacer? La verdad es que si te pones en su pellejo el panorama se presenta oscuro, muchas personas podríamos contar con el apoyo de familiares o incluso de amigos, pero ¿qué hacer cuándo éstos están en situación parecida a la tuya? ¿qué dejas de pagar primero: la casa, la calefacción, la comunidad...?
Mientras que las consecuencias se ceban en los trabajadores y parados, vemos cómo los causantes de la crisis reciben indemnizaciones millionarias, muchas de ellas financiadas por el dinero público que los distintos gobiernos han inyectado al sistema bancario y financiero. Se hace más patente, aún si cabe, la privatización de la riqueza y la socialización de la pobreza. En épocas de bonanza capitalista, los beneficios van a parar a las grandes empresas (principalmente multinacionales), mientras que en las situaciones de crisis (repito, provocadas por ellas mismas) son los Estados, es decir toda la sociedad, quienes tienen que aportar dinero para que estas empresas se mantengan a flote.
La lógica capitalista se hace patente en el día a día, en aspectos cotidianos, en la casuísitica. La amoralidad del sistema lleva a que empresas con varios millones de euros de beneficios, lleguen a cortar la luz y el gas a familias con niños recién nacidos que retrasan el pago de la factura varios días, a pesar de ser clientes durante más de 30 años y acreditar que en los próximos días van a percibir ingresos para hacer frente a la factura. Eso sí, si es la empresa la que va mal ya saldrá el gobierno de turno a inyectar dinero o a reducir los impuestos pertinentes. Quizá esa es la fórmula para conseguir beneficios millonarios. La privatización de los servicios básicos (luz, gas, agua, etc) iniciada por Felipe González y rematada por Jose María Aznar, ha supuesto la imposición de los criterios capitalistas y de mercado sobre los principios de humanidad.
Está claro que de la crisis se saldrá, antes o después, pero a ¿qué coste?. Cuando desde el Gobierno y los foros económicos se habla de que se iniciará la recuperación a mediados del 2010, se habla de cifras macroeconómicas pero se olvidan de las víctimas que quedarán en el camino. El riesgo de exclusión social se va ampliando cada vez a más capas sociales y no se puede obviar que este proceso de exclusión se asemeja a un tobogán, en el sentido de que es muy fácil descender por él, pero cuando estás abajo es casi imposible volver a subir arriba.
Mientras tanto recordaré la frase que repetía un profesor de Historia en mis tiempos de la EGB: "la crisis, todo el mundo habla de la crisis: esto es por la crisis, la culpa es de la crisis... pero, ¿Quién es la crisis? ¿la vecina gorda del tercero?". Con 12 años te hacía gracia, pero ahora comprendes lo que quería decir: la culpa no es de la crisis (que en sí no es nada, no es un sujeto con voluntad) sino de los que provocan una situación, previsible y evitable. Sin embargo, desde los sectores económicos y políticos se nos habla de la crisis como culpable de todos los males, evadiendo su responsabilidad, por no hablar de culpabilidad.
1 comentario:
Pues si, la época de crisis la estamos presenciando todos, pero solo a unos pocos,es a los que esta ahogando.No solo los inmigrantes son los mas afectados,si han sido los primeros, puesto que eran los mas vulnerables a ella, pero la crisis tambien ha golpeado muy duramente a esa parte de la sociedad que a mi parecer es la gran olvidada y sin embargo la que mas estabilidad da a nuestro sistema economico,la clase media.Cuanta gente que hasta hace unos meses tenia una vida normal, ahora se ve agobiada por facturas, pagos e hipotecas a los que no pueden hacer frente, y ¿que clase de ayudas obtienen? ¿por que se olvidan de ella cuando es de las mas proclives a caer? es tan facil...perteneciendo a este sector de la sociedad,quien no esta libre de perder su trabajo y tener que prescindir de una vida llena de comodidades y pequeños lujos que nos han ido inyectando durante años? internet, móviles, televisores con 50.000 canales (y que sean planos por favor)consolas..y que hay del aire acondicionado en cuanto notamos unos gradillos de mas? o la calefacción durante todo el invierno porque estoy mucho más cómodo descalzo y con tirantes.
Piensa en la cantidad de gasto que supone todo esto, sin contar las salidas de ocio, cine, rstaurantes viajes..cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana y que se han convertido en algo tan necesario como otras y piensa en prescindir de todo eso de la noche a la mañana? dificil no?
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