Islandia fue noticia de primera plana internacional hace menos de un año debido a la erupción de un volcán de impronunciable nombre que creó una nube de ceniza que paralizó el espacio aéreo europeo. Todos los focos de la información se dirigieron a este pequeño país nórdico. Sin embargo los medios silencian lo que desde hace un par de años está ocurriendo allí, una auténtica revolución ciudadana. Es la revolución silenciosa, pero también es la revolución silenciada.
Mientras que los medios han ofrecido minuto a minuto las revueltas en el mundo islámico (Túnez, Egipto y Libia, principalmente), inculcándonos una imagen generalizada y positiva del poder popular frente a las tiranías, se nos ha negado (y se nos sigue negando) la lucha del pueblo islandés contra la tiranía del capital y la búsqueda de soluciones frente a la crisis económica y política. Los medios han destinado equipos y corresponsales por medio mundo árabe para mostrarnos la lucha de "los que no son como nosotros", y nos han hecho ver cómo la llama de la rebelión se expande como la pólvora cuando la lucha es justa. Sin embargo, nos ocultan la lucha de los pueblos que sí son como nosotros, ¿miedo al "contagio"?.
Islandia, ante el crack de la banca decidió no salir al rescate de los bancos (algo que se hizo en el resto del mundo, p.ej. España), Se dejó que los bancos quebraran, ¿por qué pagar con dinero público los desmanes de los intereses pirvados?. El Gobierno islandés entre 2008 y 2009 nacionaliza los tres principales bancos: Landsbanki, Kuapthing y el Glitnir. El Estado debe hacer frente a las deudas contraídas y solicita la ayuda al FMI, mientras que el Gobierno anuncia medidas de recorte del gasto público y de contención del déficit. El pueblo islandés se echa a la calle, a base de manifestaciones y caceroladas, consigue la dimisión en bloque del Gobierno, obligando a elecciones anticipadas, que ganará una coalición de centro-izquierda y verdes. El paro aumenta y el PIB decrece brutalmente, mientras que el FMI exige al nuevo Gobierno que pague la deuda externa de 3500 millones de euros contraída con Reino Unido y Holanda, la cual deberá ser financiada al 5,5% de interés durante 15 años. Esto, obviamente supone que el Estado, representante de los ciudadanos y mantenido económicamente por todos ellos, acabe pagando las andanzas especulativas de la banca.
De nuevo, el pueblo salió a la calle y de forma pacífica exige que se someta a referéndum si el Estado debe hacer frente a esa deuda. El presidente del Gobierno, Olafur Ragnar Grimsson se ve obligado a convocar dicho referéndum. La opción de NO pagar la deuda externa gana con el 93% de los votos populares. El pueblo consigue una nueva victoria, frente a los especuladores capitalistas que hicieron millones y que esperaban que ahora el dinero público de todos los islandeses les pagara la fiesta.
El FMI, ante el impago de la deuda, congela la ayuda a Islandia. Mientras, ante la presión popular, el Parlamento se ve obligado a investigar la posible responsabilidad penal de los banqueros y ejecutivos. La Interpol dictó orden de detención contra barios banqueros, varios ya están entre rejas a la espera de juicio.
Asimismo, el pueblo ha reclamado una modificación de la Constitución islandesa, y ha conseguido que se cree una Asamblea Constituyente, en la que están presentes ciudadanos sin afiliación política (cualquier ciudadano mayor de edad que presentara 30 firmas de apoyo podía ser miembro de esta Asamblea).
Vemos que de forma pacífica el pueblo se ha hecho valer, tomando las riendas de la situación, no siendo meros observadores de lo que banqueros y políticos deciden sobre sus vidas y dineros. Sin embargo, los medios occidentales, al servicio de los grandes intereses capitalistas (todos los medios generalistas pertenecen a grupos mediáticos en los que la banca y las grandes multinacionales son accionistas), han ocultado estos hechos, centrándose en las rebeliones árabes y escondiendo la rebelión de un pueblo que vive en país europeo, occidental y capitalista.
Si lo ocurrido en Islandia se difundiera, correría el ejemplo. La ciudadanía sería consciente de su poder... pero eso haría temblar los intereses políticos y económicos, y eso no conviene. Mejor silenciarlo. Aquí no ha pasado nada. Nunca ocurrió. Miren hacia otro lado. No pongan rostros a la crisis. La crisis es algo "etéreo", está ahí pero no hay responsables a quien pedir cuentas. No piense más allá, no le vaya a dar quebraderos de cabeza. Nosotros nos encargaremos de mostrarle las noticias que debe conocer. Lo que no sale por la tele ni en la portada de los grandes diarios, no existe. Sólo son rumores lejanos, propios de "antisistemas", de esos que se quejan todo el día hablando de injusticias. No les haga caso.
4 comentarios:
A día de hoy mucha gente lo sabe y sin embargo sigue sin pasar nada. Vivimos totalmente adoctrinados como si las cosas que suceden no fueran responsabilidad de todos.
En fin, ojalá cunda el ejemplo islandés aunque no soy muy optimista.
Un saludo.
Si lo que ocurriera en Islandia se difundiera... en España nada cambiaria. No defiendo con esto la actitud de los medios, pero la nuestra es la que es.
Hace falta que la gente se indigne, como dice Stephane Hessel en el minilibro que ha publicado recientemte (y que se ha convertido en un "best seller"). Pero para eso debemos estar informados y concienciados. Quizá aunque estuviéramos informados no estaríamos concienciados, pero... por si acaso los medios lo silencian, no vaya a ser que el pueblo tome conciencia. Mejor no dar la opción, quita, quita
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