jueves, 19 de noviembre de 2009

MÁS ALLÁ DEL SECUESTRO DEL ALAKRANA

Ahora que ya se ha solucionado la liberación del pesquero Alakrana y la tripulación está a salvo, llega la hora de las valoraciones políticas. Hay que cuestionarse un sin fin de dudas y contradicciones, así como plantear un análisis de lo que está ocurriendo con los atuneros en el Índico.

Está claro que la actuación del Gobierno es criticable, básicamente en lo referente al pago del rescate: ¿quién ha pagado el rescate? ¿el Gobierno directamente o el armador del barco con el beneplácito del Gobierno?¿por qué se paga un rescate cuando es ilegal pagar a bandas criminales? ¿Acaso no se investigó judicialmente a varias personalidades vascas, en concreto a los cocineros más reputados, por el supuesto pago del impuesto revolucionario a ETA? ¿no se está fomentado la piratería cediendo a las pretensiones de los secuestradores?. Al menos, la Fiscalía ya ha instado a la Justicia para que investigue la cuestión. ¿Se persiguió a los piratas para detenerlos una vez liberado los secuestrados? Lo lógico sería que sí, para poner a los piratas a disposición judicial y recuperar el dinero del rescate, el cual fue lanzado desde un helicóptero, al más puro estilo hollywoodiense. Las autoridades militares españolas dicen que sí que se persiguió a los piratas aunque las entrevistas realizadas a los secuestrados afirman que ni hubo persecución ni se oyeron los disparos que los militares españoles afirman haber realizado... ¿hubo pacto con los piratas para no ser detenidos? La Fiscalía también ha dado orden de que en cuanto lleguen los liberados a España se les interrogue sobre este tema. La opción del PP era lanzar al ejército desde el primer momento contra el barco (al más puro estilo "Rambo") lo que hubiera puesto en grave riesgo la vida de los pescadores españoles.

Sin embargo, mi reflexión va más allá de estas cuestiones, las cuales de por sí ya son muy importantes. Hay que plantearse ¿qué hace una flota militar de la UE, que cuesta 1,5 millones de euros al día (!!!), protegiendo a unas empresas privadas cuyos beneficios van a redundar a paraísos fiscales como las islas Caimán o Seychelles? ¿Por qué se protege a unos barcos que aún siendo protegidos por la UE, se salen del perímetro de seguridad exponiéndose a ser secuestrados, sólo por el hecho de acceder a mejores caladeros de atún, es decir, por avaricia?

Pero, quizá, la cuestión más relevante y la que subyace en el fondo, es la siguiente: ¿por qué los barcos europeos van hasta Somalia a faenar? La respuesta es fácil: porque ya se han esquilmado el resto de caladeros de atunes del resto del mundo. Tenemos que plantearnos otra cosa: si por norma general cada país tiene en propiedad 200 millas de mar desde sus costas, ¿por qué Somalia sólo tiene 15 millas? Debido a la debilidad del Gobierno somalí, las instituciones pesqueras internacionales (dominadas por EE.UU, Europa y Japón) decidieron que Somalia sólo tuviera esas 15 millas, con el fin de que los pescadores de los países "desarrollados" tuvieran legitimidad para faenar dentro de esas 200 millas, que "curiosamente" coincide que es donde se encuentran los mejores caladeros de atún de la zona. Es decir, que los países ricos, o mejor dicho, empresas privadas con el respaldo de los Gobiernos de los países ricos, esquilman el alimento y el sustento que debiera ser del pueblo somalí y del país vecino: Kenia. Y esto no sólo ocurre con la pesca, sino que se puede aplicar a la explotación de minerales, gaseoductos, oleoductos, productos agrícolas, etc. en la gran parte de los países pobres o, como se dice eufemísticamente "países en vías de desarrollo". Luego nos llevamos las manos a la cabeza de que exista tanta inmigración, causada en gran medida porque los países "desarrollados" fomentan la pobreza intrínseca de estas naciones.

De hecho, existe un vídeo en el que se muestra la alegría de los pescadores kenianos afirmando que desde que existe la piratería la pesca ha mejorado para ellos, ya que al haber menos pesqueros europeos y norteamericanos, los somalíes y kenianos tienen mejor pesca y por tanto más trabajo y comida. De igual forma, dado que la pesca que realizan los propios kenianos es más rudimentaria y a menor escala, se permite que el ecosistema marino se regenere de forma que sea más sostenible (garantizando la pesca durante años), mientras que la pesca realizada por los atuneros de los países ricos es una pesca de arrastre (redes que se llevan por delante lo que buscan y lo que no, destruyendo la fauna submarina) que esquilma los recursos, haciendo que desaparezcan los caladeros de pesca y, por tanto, viéndose en la necesidad de buscar nuevos caladeros donde pescar (y esquilmar), haciendo que la pescadilla se muerda la cola, valga la metáfora pesquera...

En fin, como siempre, bajo cualquier discusión política subyacen los intereses económicos y las relaciones de producción, aunque éstas no suelan ser las que se debatan en los medios de comunicación ni en los parlamentos. Como viene siendo habitual nos quedaremos en las capas más externas del conflicto, que si lo hizo bien el gobierno del PSOE o si lo hubiera hecho mejor un gobierno del PP, pero no nos plantearemos la cuestión de fondo, ya que rascando y rascando al final llegaríamos a cuestionarnos las bases mismas del sistema económico mundial: la insostenibilidad ecológica en que se basa la producción capitalista y la riqueza que se genera en occidente a costa de mantener en la pobreza a los países del "tercer mundo", las dos caras de la moneda del sistema económico capitalista.

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